SÍNDROME DE OJO SECO
INFORMACIÓN AL PACIENTE - VISIÓN |
Es una enfermedad multifactorial de las lágrimas y superficie ocular que origina malestar ocular, problemas visuales e inestabilidad de la película lagrimal con lesión potencial de la superficie ocular. Su prevalencia aumenta con la edad y es más frecuente en mujeres. |
Existen dos grupos: ojo seco por deficiencia en la producción acuosa o debido a pérdidas por evaporación.
El principal síntoma es la sensación de cuerpo extraño. Otros síntomas frecuentes son picor, escozor o la sensación de tener los ojos llenos de tierra, con un gran disconfort, incluso con ligera sensación de visión borrosa.
Existe un importante componente ambiental, así es muy frecuente que las molestias aparezcan solamente o se agraven en determinados ambientes (calefacción excesiva, aire acondicionado, aires cargados de humos) o en determinadas épocas del año en función de la humedad ambiental.
Si existe afectación corneal (queratitis punctata) aparecerá además una fotofobia moderada o intensa, incluso con lagrimeo.
El diagnóstico del síndrome de ojo seco se efectúa mediante la anamnesis y la exploración ocular en la consulta oftalmológica, que permite determinar la severidad y las posibles lesiones de la superficie ocular.
El tratamiento del ojo seco es difícil y muchas veces frustrante, ya que las causas que lo motivan en la mayoría de las ocasiones no tienen un tratamiento satisfactorio ni específico. El objetivo del tratamiento se centrará en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida, prevenir o minimizar lesiones en la superficie ocular y mantener la visión. Las recomendaciones de higiene ocular preventivas no farmacológicas, a fin de evitar precipitar los síntomas del ojo seco son:
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Beber la suficiente agua.
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Dormir las horas necesarias, descanso adecuado y evitar situaciones de estrés.
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Mantener un ambiente húmedo y sin humos.
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Evitar la acción directa de aires acondicionados o calefacciones.
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Seguir las normas de higiene visual.
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Usar gafas de sol adecuadas.
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Evitar el consumo de tabaco, alcohol y seguir una dieta rica en ácido grasos omega-3.
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Revisar el uso excesivo de lentes de contacto o tratamientos concomitantes que pueden estar relacionados.
Dra. Sabrina Bojadós Puertas. MD. Oftalmóloga COP
Prof. Doctor Fernando-J. Palomar Mascaró. PhD. MUOCV. MSc. DOO. DO. FIACLE. FAAO